Explanada nevada

Sonreí al ver que volvía a estar consciente
-Sí, soy yo, estoy aquí... -sabía que era una pregunta tonta en esos momentos pero aun así se la hice- ¿cómo te encuentras?

-Ey... con cuidado -dije sin perder la sonrisa al ver que se incorproaba- acabas de salir de una buena, deberías moverte con más calma.

-Te creo, luchaste bien... aunque por suerte apareció ese dragón -alcé la vista hacia el cielo como si pudiera verlo por allí en cualquier momento- no quiero ni pensar como habríamos acabado de no ser así.

Me volví hacia él esbozando una leve pero triste sonrisa
-No me des las gracias, no pude hacer nada... ese maldito shek me tenía completamente paralizada, no sé como lo hizo, pero mi cuerpo no respondía -suspiré negando con la cabeza- no pude ayudarte...

-Ya te dije que no me marcharía -estreché sus manos un poco más fuerte.

Le devolvió una sonrisa, no sabiendo como reaccinar ante ese beso.

Se echó a reír por lo bajo al ver su reacción
-No te preocupes, no has hecho nada malo, no son necesarias las disculpas.

-No, no pienso nada de eso, no te preocupes por ello, ha sido... -me quedé pensativa- dejemosló en un descuido.
Extendí los brazos hacia él para ayudarle por si caía, pero no hizo falta. Me aparté al momento
-Cuidate, nos vemos -dije tras despedirle.
Me volví luego hacia Ea
-Yo también tengo que marcharme -le dije, a lo que la celeste respondió con un asentimiento.
Cada una montamos en nuestro pájaro haai correspondiente y salimos de aquel lugar

Encima de mi pájaro Haai, reflexioné en silencio. Al ver al shek, había sentido que el lazo de Nero hacia Alanna se había hecho más fuerte, más resistente. Lo había notado enseguida, pero estaba paralizada. Alanna, de momento, no le amaba, aunque también se había hecho más fuerte el lazo... Me gustaba ver cómo crecían los lazos; pero no entendía cómo los no-celestes no podían verlos, me sorprendía, con lo fácil que es percibirlo...

Rezé una oración a Yohavir para que no nos volviéramos a encontrar a aquel maldito shek y me fui...