Río Iveron

Bajé del pájaro haai junto al río Iveron. Últimamente lo empleaba para viajar demasiado y no quería cansarle, así que dejé de nuevo que se acercase a refrescarse junto a las aguas, mientras yo me quedaba sentada en la hierba mirándole con aire distraido.

El ruido de cascos de un caballo y el chapoteo de este con el agua me hizo alertarme y salir de mis pensamientos. Según andaban las cosas últimamente no debía bajar la guardia, aunque si hubiese sido alguien con no muy buenas intenciones, habría podido atacar sin que me dise tiempo si quiera de reaccionar.
Mi mirada se topó con una firgura que me resultaba vagamente familiar, tal vez hubiese visto a esa persona en alguna ocasión pero no conseguía recordar con exactitud.

-Buenas tardes -respondí con una sonrisa divertida al ver su reacción, guardaba la espada como sucedía con todo hombre con el que se cruzaba y que pensaba que por la condición de ser mujer, sería una persona sumisa y sin conocimiento en el campo de batalla.
-Un largo viaje por lo que veo -dije haciendo una señal con la cabeza hacia el caballo.

me acerco a un chico que hay por alli
-Hola.¿Quien eres?

escuche a Narel, vaya un principe.
-Yo soy Ail-Ne-dije tambien en voz alta-del bosque de Awa.

hay alguien???

Los miré a ambos, con desconcierto. No hacía falta alzar tanto la voz, pues no nos encontrabamos demasiado lejos.
Al escuchar sus presentaciones enarqué una ceja mirando al que decía llamarse Narel
-Con que el principe de Vannisar ¿eh? -me acerqué un poco más a ellos- Alanna Salessi -me preenté a ambos, luego ladeé ligeramente la cabeza intentando buscar las palabras adecuadas- mmm princesa o soberana de Shia, como más gusteis.

-cuanta realeza hay por aqui-murmure

bueno, me tengo que ir. Nos vemos

Me paré a mirar mi pájaro durante una breve fracción de segundo, la verdad es que sus plumas resplandecían cuando los rayos de sol incidían sobre ellas.
-Es una buena montura, no puedo quejarme en absoluto de ella.
Observé al feérico que parecía haberse quedado en silencio Últimamente parecía que cada uno de ellos que conocía no tenía muchas ganas de hablar. Tal vez fuese una costumbre de la raza.
Me senté cerca de donde se había tumbado Narel
-Había parado a hacer un descanso, también estaba de viaje -me mordí el labio intentando contener la risa- digamos que no aguanto mucho tiempo en un mismo lugar, necesitaba alejarme un poco del reino.




Fdr: hasta otra Ail.

-Así que estás en Nurgon ¿eh? debe ser un lugar muy estricto -me quedé mirando su caballo, tal vez debería dejar descansar a mi montura por algunos días y coger otro medio de transporte la próxima vez que saliese de casa- yo no puedo ausentarme mucho de Shia, cada vez tengo más responsabilidades y cosas que hacer en el reino, mi padre no está en condiciones de hacerse cargo de todo aquello.

-Tienes suerte de poder elegir, a mí no me queda más remedio que hacerme cargo de todo, a no ser que mi hermana volviese de estudiar en la torre, pero mis padres prefieren que siga perfeccionando su magia -resoplé arrancando unas briznas de hierba para luego dejarlas caer, llevadas algo lejos por el viento.
-Debo marcharme Narel, ha sido un placer conocerte en persona -en cuanto me incorporé, el pájaro haai estaba a mi lado dispuesto a emprender el vuelo- hasta otra ocasión -dije con una media sonrisa antes de marcharme de allí.